Nombre de tanguero y ojos de dragón,
camina y retumba.
Dos lunares en el rostro, sonrisa de rufián,
y una gran mamúa vitalicia
acompañan su acento de arrabal.
Mira de reojo a una mina,
le toca el culo a otra,
baila con la María y ,
se chamuya a la Norita,
mientras todas sueñan con imaginar.
Dormitan susurrarle un ocho al oído,
un ocho en el aire frente a él.
"Melodía conocida y pebeta por conocer",
su lema de milonga,
se hace notar una vez más.
Cocò, el tinto y la pebeta,
lo observan elevarse,
mientras las finas rayas de su traje,
se vuelven duras y horizontales.
Cae lentamente al piso del quilombo,
transcurren dos Leperas y un troilo,
( ya le habían afanado la mina),
patea la mugre, se acomoda el sombrero,
ferozmente levanta su vasito de ginebra,
saca la faca y enfrenta la realidad.
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Hace 12 años